La tragedia del licor adulterado en Barranquilla: once víctimas y una ciudad en alerta




Barranquilla vive días de consternación tras el aumento de víctimas por el consumo de licor adulterado en la zona del mercado público. Con once fallecidos confirmados, la ciudad enfrenta una crisis sanitaria que ha puesto en máxima alerta a las autoridades locales.


El más reciente fallecimiento ocurrió la noche del miércoles, cuando una persona ingresó en estado crítico al Hospital Nuevo Barranquilla pasadas las 7:00 p.m. Pese a los esfuerzos médicos, perdió la vida poco después. Además, Pedro Pablo Caraballo, quien permanecía en la Unidad de Cuidados Intensivos luchando por sobrevivir, se convirtió en la décima víctima mortal, sumando así once personas fallecidas en total.


Actualmente, cuatro personas más permanecen en estado crítico en la UCI del mismo hospital, presentando síntomas de intoxicación por metanol, una sustancia altamente tóxica que suele estar presente en alcoholes adulterados. Las autoridades sanitarias han emitido alertas para evitar que más personas consuman este tipo de bebidas, mientras la comunidad sigue conmocionada por la magnitud de la tragedia.


Las víctimas pertenecen, en su mayoría, a sectores vulnerables de la ciudad, como vendedores ambulantes, bicitaxistas y habitantes de calle. Fueron encontradas en barrios populares como San Roque y Rebolo, lugares donde se presume que adquirieron y consumieron el licor adulterado, específicamente en una zona conocida como "El Boliche".


Uno de los primeros fallecidos fue Nicolás Manuel Medrano, quien ingresó al hospital la madrugada del martes. Según información preliminar, Medrano no solo fue una víctima, sino que también estaría involucrado en la preparación y distribución del licor adulterado. Este dato ha intensificado las investigaciones, ya que se busca identificar a todos los responsables detrás de esta cadena de distribución que ha cobrado tantas vidas.


Entre los nombres de los fallecidos ya identificados se encuentran Helmot Enrique Escolar, José Felipe Crespo Ortiz y Emiro Alberto Miranda. Las familias de estas personas enfrentan momentos de profundo dolor, mientras la ciudad exige respuestas y acciones contundentes para evitar que esta tragedia se repita.


Las autoridades continúan trabajando para esclarecer los hechos y detener a los responsables de esta grave situación. Mientras tanto, la comunidad barranquillera enfrenta un llamado urgente a la prevención y la conciencia sobre los riesgos del consumo de alcohol de dudosa procedencia. Esta tragedia no solo enluta a las familias afectadas, sino que también deja una lección sobre la importancia de la regulación y el control en la venta de bebidas alcohólicas.

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